ANTROPOLOGÍA

ÍNDICE

 

DIFERENCIACION ESTRE LAS CONSTRUCCIONES ARQUITECTONICAS DE LA EPOCA COLONIAL DE LOS CENTROS RELIGIOSOS. 2

ANEXOS. 4

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LA ESTRELLA DEL CORPUS CHRISTI CUSQUEÑO: EL CHIRIUCHU.. 8

 


 


DIFERENCIACION ESTRE LAS CONSTRUCCIONES ARQUITECTONICAS DE LA EPOCA COLONIAL DE LOS CENTROS RELIGIOSOS

 

TEMPLO

El templo es una construcción de culto hecha para que la iglesia celebre sus ritos allí.

CONVENTO

La palabra convento quería decir concurrencia o reunión de mucha gente, pero actualmente se refiere al edificio donde viven religiosos, frailes o monjas, aunque también se llama así a la propia congregación. 

Casi de modo tradicional, el edificio de un convento consta de una capilla o iglesia, las celdas de los religiosos, un comedor o refectorio, y una sala de reuniones o sala capitular, todo ello rodeando un patio cerrado, claustro. Además tiene los locales necesarios para los servicios, cocinas, almacenes, etc. 

MONASTERIO

Un monasterio es un edificio donde habita uno o varios monjes en clausura.

PARROQUIA

Iglesia que con su párroco al frente atiende a una feligresía. Es el lugar adecuado para la vida eclesial y para la administración de los sacramentos.

Pero la parroquia puede aludir a un lugar físico o a fieles de una zona geográfica que se reúnen en un lugar físico.

IGLESIA

Iglesia es la congregación de los fieles cristianos en virtud del bautismo, conjunto del clero y pueblo de un país donde el cristianismo tiene adeptos. Congregación de los fieles cristianos regida por el Papa como vicario (representante) de Cristo en la Tierra. 

SEMINARIO

Un seminario es una junta especializada que tiene naturaleza técnica y académica, y cuyo objetivo es el de llevar a cabo un estudio profundo de determinadas cuestiones o asuntos cuyo tratamiento y desarrollo requiere o se ve favorecido cuando se permite una interactividad importante entre los especialistas y los participantes. Se consideran pues seminarios aquellas reuniones que presentan estas características.

 

 

 

 

 

 

CORPUS CHRISTI CUSQUEÑO – 26 DE MAYO

 

UN POCO DE HISTORIA

 

     La Festividad del «Corpus Christi» ocupa un lugar preponderante en el calendario festivo de la ciudad (Mayo o Junio movible – 9 semanas luego de Semana Santa), es una de las fiestas religiosas más fastuosas de Cusco por lo que para esta ocasión la ciudad se ve muy concurrida por gentes venidas de otros confines.

     El origen de esta festividad se remonta hacia el año 1247, cuando en San Miguel de Lieja (Bélgica) fue celebrada por primera vez. «Corpus Christi» significa «Cuerpo de Cristo» y fue instituida para conmemorar solemnemente la institución de la Sagrada Eucaristía que a su vez representa el Cuerpo de Cristo; debe llevarse a cabo el jueves siguiente a la octava de Pentecostés, es decir, el jueves siguiente a la fiesta de la Santísima Trinidad; este día llega a ser el jueves contando nueve semanas después del Jueves Santo. Fue establecida en esta zona de los Andes después de 1533 pero instituida oficialmente en el Qosqo por el virrey Toledo en 1572, mediante sus célebres «Ordenanzas».

     En la época prehispánica existían fiestas importantes en cada mes del año; el Inkario se caracterizó por ser una sociedad agrícola, tranquila y relativamente armoniosa que tenía fiestas relacionadas con su actividad principal y sus divinidades ancestrales. Es evidente que la más grande fiesta del Inkario fue el «Inti Raymi» o «Fiesta del Sol», llevada a cabo exactamente en el Solsticio de Invierno en el Hemisferio Sur, es decir el 21 de junio de cada año. Era una celebración religiosa desarrollada en la Plaza Principal de la ciudad en honor al «Tayta Inti» o «Padre Sol» y en presencia de los «mallki» de todos sus hijos, vale decir en presencia de las momias de todos los Inkas o Reyes del Tawantinsuyo, además de otros antepasados. Las momias eran llevadas en procesión ricamente ataviadas con muchas joyas y adornos en andas o literas especiales hechas en metales preciosos (el culto a los «mallki» se conocía como «Onqoy Mita»); después de la ceremonia religiosa se tenía un festón con abundante comida, bebida y danzas en otro sector de la Plaza.

     Corpus Christi son dos voces latinas, significan Cuerpo de Cristo. Con estas palabras se designa la festividad de la Institución de la Eucaristía, que celebra la iglesia católica el jueves, sexagésimo día después del Domingo de la Pascua de Resurrección.

     «Cuando los españoles llegaron al Cusco, se sorprendieron al enterarse que los hijos del Sol sacaban en procesión a las momias de los Incas; entonces, blandiendo los evangelios, decidieron terminar para siempre con la fiesta pagana. La solución de los misioneros que acompañaban a los conquistadores fue muy simple: reemplazar los venerados restos por imágenes de la virgen y los santos católicos. Así nació el Corpus Christi en la antigua capital del Tawantinsuyo, una celebración católica que se impregnó de matices andinos»

    La festividad del Corpus Christi se realiza en Junio, la fecha es movible.

 

 

ANEXOS

Ilustración 1CORPUS CHRISTI

 

 

 

«CORPUS CHRISTI»

 
     Hoy, la festividad es importante en la población común y corriente que habita en la jurisdicción de las diferentes parroquias del Qosqo; los preparativos se inician con semanas y aun meses de anticipación para lo que existe una organización tradicional comandada por el mayordomo («carguyoq») que es la persona que acepta el cargo, la responsabilidad y obligación para costear la mayor parte de los gastos de la festividad que entre otros incluye misas, vestimenta nueva para la Virgen o el Santo de la Parroquia, el contrato con una banda de músicos («q’aperos») para acompañar la procesión, una orquesta típica para la celebración de la fiesta, comida para los invitados, aguardiente, chicha y cerveza, recordatorios, etc. En muchos casos los gastos son compartidos con otras personas que fueron comprometidas para ello mediante la «hurk’a», es decir, el sistema mediante el cual se visita a una persona con panes de trigo enormes como regalos para que al aceptarlos adquieran el compromiso a donar o pagar algo para la fiesta.

     El día miércoles un día anterior al Corpus Christi se realiza la «entrada» de las imágenes que salen en procesión de sus parroquias acompañadas del cura, los vecinos, los mayordomos que portan en el pecho las «demandas» que son distintivos o estandartes a veces de plata con la imagen de la Virgen o Santo, para dirigirse a la Catedral donde la imagen ser depositada hasta el día siguiente en que se realiza la procesión principal. En esta «entrada» de santos es celebre y espectacular la «carrera» que emprenden San Sebastián y San Jerónimo para tratar de llegar primero a la Catedral de la ciudad; temprano de madrugada parte la imagen de San Jerónimo desde el distrito del mismo nombre distante a unos 10 Kms. en el distrito de San Sebastián a unos 5 Kms. la imagen del pueblo ya está en la pista, y así a la llegada de la otra imagen se inicia una loca carrera por la Av. de la Cultura hacia la Plaza de Armas.

     En la Plaza de Armas se han levantado altares bastante grandes y adornados con espejos, banderas, flores, ramas de árboles, algunas imágenes, etc.; otrora, esos altares eran más numerosos y ostentosos, adornados con frontales de plata, lienzos de Escuela Cuzqueña, imágenes en bulto, etc. En este día, en las cercanías de la Plaza de Armas muchos comerciantes han colocado sus stands de comida típica para los asistentes a la «entrada», donde se sirve el tradicional «Chiri Uchu» o «Aji Frio» que consiste en pequeños trozos de cuy asado, pollo, ch’arki, embutidos, cau-cau, queso, torrejas de harina de maíz, maíz tostado, qocha-yuyo y rocoto; otros stands también sirven chicharrones, anticuchos, etc.; y por supuesto cerveza y chicha. Luego del ingreso de las imágenes a la Catedral, el pueblo dará rienda suelta a sus gustos gastronomitos y su sed de alcohol.

     El día principal del Corpus Christi se percibe mucha actividad desde las primeras horas de la mañana; dentro de la Catedral se celebran muchas misas para los diversos Santos y Vírgenes, a eso de las 10:30 a.m., el Arzobispo de la ciudad celebra una Misa Pontifical o Te-Deum, luego de la cual se dará inicio a la procesión. Preside la procesión la Carroza de Plata conocida también como Templete o Baldaquino en cuya porción central sostiene al sol de oro de la Custodia que a su vez representa el Santísimo, delante del cual permanece el Arzobispo de rodillas. El Templete fue mandado a construir por el Obispo Fray Bernardo de Serrada en 1733 utilizando parte de un legado del doctor Francisco de Goyzueta Maldonado, tiene su marco en madera de cedro y recubierto con planchas de plata repujada; hoy en día sale en procesión sobre un vehículo motorizado; detrás siguen la autoridades de la ciudad, delegaciones de instituciones diversas y colegios, etc.

     Después de la procesión del Santísimo, aproximadamente al medio día, se inicia con la procesión de Santos y Vírgenes en la Plaza de Armas donde se han congregado quizás unas 50 o 60 mil personas. La tradición tiene un orden establecido para la procesión desde el tiempo de la colonia, de tal modo que el orden de salida de las imágenes es el siguiente:


1.- San Antonio de la parroquia de San Cristóbal

2.- San Jerónimo de la parroquia del distrito de San Jerónimo

3.- San Cristóbal de la parroquia de San Cristóbal

4.- San Sebastián de la parroquia del distrito de San Sebastián

5.- Santa Bárbara de la parroquia del distrito de Poroy

6.- Santa Ana de la parroquia de Santa Ana

7.- Santiago Apóstol de la parroquia de Santiago

8.- San Blas de la parroquia de San Blas

9.- San Pedro de la parroquia de San Pedro

10.- San José de la parroquia de Belén

11.- Virgen de la Natividad de la parroquia de Almudena

12.- Virgen de los Remedios de la iglesia de Santa Catalina

13.- Virgen Purificada de la parroquia de San Pedro

14.- Virgen de Belén de la parroquia de Belén

15.- Virgen de la Inmaculada Concepción llamada también «La Linda» de la Catedral

 

     Luego de la procesión de imágenes, estas son guardadas dentro de la Catedral donde permanecerán hasta la «octava», es decir hasta ocho días después del Corpus Christi. El día de la «octava» se inicia con otra procesión del Santísimo seguido por los diversos Santos y Vírgenes que retornaran a sus parroquias de origen una vez concluida la procesión. Ya en la parroquia de la imagen, en la efervescencia de la fiesta y en medio de la algarabía con música y alcohol, se comprometerá al nuevo mayordomo o «carguyoq», vale decir a la persona que costear los gastos de la festividad para el próximo año.

 

 

 

 

 

LA CARROZA

 

     El año de 1726, el obispo Serrada hizo construir un hermoso carro de plata, el que pagó de su peculio. Ese carro fue trabajado con 725 marcos de plata y era de más de 3 veras de alto de pilastras y capiteles sobrepuestos los que sostenían una cúpula con remate en forma de copón.

     Dicha cúpula estaba rodeada por ángeles pequeños que tenían entre las manos racimos de plata semejando uvas. En uno de los arcos había un símbolo muy significativo: era un pelícano en buen tamaño, estaba en actitud de abrirse al pecho con el pico, haciendo una herida, formada por más 20 rubíes, delante veía dos pelícanos pequeños en actitud de picar la herida. Encima del arco del carro se leía la siguiente inscripción en letras de oro: «Pelícano sagrado. Una sola gota de tu sangre inocente salvara al mundo delincuente». El carro estaba montado sobre 4 medas, ocultas por cortinas de terciopelo rojo ribeteadas con franjas de hilos de oro. Dentro iban ocultos por las cortinas. Varios mocetones que empujaban el carro, que hacía pasar sobre barras de plata (rieles) puestas de techo en techo.

 

LA ESTRELLA DEL CORPUS CHRISTI CUSQUEÑO: EL CHIRIUCHU

     ORIGEN. El origen de este «frio ají» (traducción del quechua) es incierto, y hay muchas historias que se cuentan sobre la evolución de este plato, incluso que se remontan a la época inca, de donde se extraen argumentos para justificar la inclusión de cada uno de los ingredientes.

     HISTORIA. Por ejemplo, el cronista Pedro Sarmiento de Gamboa en 1572 explica la dualidad que los antiguos peruanos aplicaban incluso en sus comidas, las mismas que eran dividas en orq’o o alimentos machos, los que provenían de la tierra, los demás eras chinas o hembras. Actualmente los alimentos orq’o que componen este potaje serían el maíz, cuy, gallina (aporte occidental) entre otros y los alimentos china serían las algas marinas y la huevera de pescado.

     Otros relatos también dicen que su origen estuvo en los aynis, cuando cada ayllu al final de una jornada de trabajo traía lo mejor de su casa para compartirlo con los demás, formando entonces una merienda con alimentos de costa, sierra y selva. También se dice que en fiestas las panakas compartían lo mejor de sus sectores formando grandes banquetes.

     CORPUS CHRISTI. Cuando los españoles llegan a suelo inca reemplazan los cultos y ritos con tradiciones religiosas, una de ellas el Corpus Christi que juntaba a los santos patrones y vírgenes de las parroquias de la antigua capital para celebrar una fiesta católica, que sin duda, se ha fusionado con las tradiciones andinas y siempre llevan un matiz de ellas, muestra de ello es la evolución del Chiri Uchu que es el plato tradicional de la festividad, dicen los cusqueños que no es lo mismo comer este plato en otra época, si bien se come frío, sería el sol de ese día especial lo que en realidad termina de dar el sazón de tan singular vianda.

     Está compuesto por maíz blanco tostado, más conocido como cancha, acompañado de una buena tajada de queso, un trozo de cuy preparado al estilo canca (asado), gallina hervida, cuyo caldo sirve para preparar una tortilla de harina de maíz y especias, cecina, charqui, cochayuyo (algas marinas), huevera de pescado y su infaltable rocoto. Si la cocinera tiene gracia y es muy diestra, no desperdicia las entrañas del cuy y prepara un sabroso tullán.

 

ANEXO

Ilustración 2PLATO DE CHIRIUCHU

 

SECUENCIAS Y ELEMENTOS SACROS Y PROFANOS

 

 

Las secuencias

      El desarrollo de los rituales que convergen en la fiesta del Corpus está representado por tres momentos claves, antes, durante y después. La primera secuencia abarcó los preparativos para los actos litúrgicos y festivos, cuya dirección corresponde al cabildo catedralicio. El segundo plano lo forman los actos festejados dentro del templo, así como la procesión que recorre las calles. En la última fase se encuadran las representaciones teatrales ejecutadas el jueves por la tarde, más los actos programados para la Octava, constituidos por unas sencillas ceremonias religiosas y una escenificación.

     Un documento extendido el año 1611 proporciona detalles relevantes de esta parte del ceremonial. Allí se dice que durante el día de la Octava, la hostia consagrada es colocada en la Capilla Mayor, en un retablo sin adornos como si se quiera significar la fuerte contraposición existente entre la penuria y la magnificencia del jueves anterior. Al altar acuden los beneficiados a velar durante las horas litúrgicas, sobre todo cuando el Santí- simo permanece descubierto.

     Después de nona llegan los ministriles para cantar letrillas, motetes y villancicos. Al terminar, comienza una procesión de corto recorrido por el interior de templo, a cuyo fin dan principio los cánticos de completas. Hay otros actos complementarios y entre ellos cabe destacar la ceremonia que el viernes siguiente al Corpus celebraba la cofradía sacramental de la capilla de San Pedro. Consiste en una procesión, por la tarde, que recorría un claustro catedralicio, que está muy adornado con colgaduras y ornamentos.

Elementos profanos

     El cabildo catedralicio es el organizador exclusivo de la función, tanto en el plano festivo como en el religioso, en contraposición a lo que ocurrió en ciudades como León, Madrid, Sevilla, Valencia o Guadalajara. En ellas, el cabildo de regidores ejerció un preeminente papel de dirección, quedando los eclesiásticos en un segundo plano, para regir el desfile procesional o compartir los gastos. Los canónigos toledanos, con relativa antelación a la festividad, celebran una reunión ordinaria y escoger entre todos los capitulares a dos que ejerzan de mayordomos.

      A partir de ese momento se convertían en los rectores de cualquier trabajo preliminar y debían evitar que los integrantes del cortejo perdieran el orden establecido. También contrataron los autos y danzas con los autores. En calidad de anfitriones, convidan a los componentes de los gremios, órdenes religiosas y autoridades civiles; incluso revisan la distribución de las velas entre los asistentes, lo cual posibilitó conocer cuántas personas asistían a la procesión.

      Por ejemplo, a la festividad celebrada el año 1659 acudieron mil noventa y cinco convidados, porque esas fueron las velas entregadas a los asistentes. También les compete todo lo relacionado con la organización de la procesión, desde que sale del templo hasta su regreso.

     Sitúan en el lugar que le correspondía a cada uno de los convidados y tratan de no romper el esquema de prelación, pues un fallo, aun casual, podía desencadenar un forcejeo verbal o un oneroso pleito en los tribunales. De mantener durante todo el trayecto ese ceremonial invariable se encargan varios miembros capitulares, entre ellos el vicario del coro, los dos canónigos nombrados por el cabildo, y el socapiscol.

 

 

Elementos seculares

     Para que estuviera todo a punto, los preparativos comienzan cuatro semanas antes del jueves en que se celebra la fiesta. Numerosos empleados catedralicios, además de otros contratados, hicieron posible tenerlo todo dispuesto: la colocación de los ornamentos, tapices, aderezos y otras vestiduras, así como la asignación de lugares en el cortejo y la entrega de las velas para los asistentes. La entrega de las velas fue un ceremonial reglamentado, lleno de curiosidades, más riguroso cuando asistían el rey o el arzobispo. El mayor problema es disponer de los escenarios rodantes, dado que, por su inadecuado tamaño, resultan poco accesibles para un recorrido de calles estrechas. Además, la numerosa concurrencia que observa la comitiva es un inconveniente añadido a la hora de manejar las carrozas con facilidad.

     A finales del siglo XV solían prepararse los trece carros habituales en un corral cercano a la catedral. Cada una de las carrozas requirió la fuerza de varios hombres para moverla. Se acoplan debajo, semio cultos entre telas y tablas pintadas con diversas alusiones. Disimulan su presencia para que el centro de interés de la concurrencia fuesen los actores situados encima del carro. Los cómicos levantan detrás de la escenificación un telón pintado, una tramoya. Unas veces la decoran con unas nubes, otras veces figuró el infierno, para lo cual se pintan las telas de negro o de azul si encarna al cielo. De forma ocasional llevan jaulas con palomas y pajarillos de colores, a los que conceden la libertad al llegar la custodia a determinados espacios urbanos.